miércoles, 6 de mayo de 2015

Conceptos básicos sobre pérgolas de madera




Lo mejor de una pérgola de madera es que puedes conseguir sombra y cobijo para pasar un rato agradable en tu jardín. Además, cubriendo parte de tu patio con una de estas estructuras disfrutarás de un espacio inmejorable para reuniones con familiares y amigos y aumentará el valor de tu casa.

La madera es un material fácil de manejar, barato y con unas opciones casi infinitas a la hora de personalizar un diseño a tu medida.

El hecho de que buena parte de las pérgolas se realicen en madera no es baladí, sino que está motivado por la facilidad con que puede uno ajustar el resultado final a lo que necesita. El único inconveniente puede estar en el mantenimiento, ya que hace falta lijar cada cierto tiempo la superficie –y volver a pintar después si es el caso- para lograr que permanezca siempre en perfecto estado.

A la hora de elegir el tipo de madera que vamos a utilizar en nuestra pérgola, lo más importante a tener en cuenta es que se trate de una resistente al aire libre, puesto que la estructura va a estar en nuestro jardín y, por lo tanto, expuesta a diversos tipos de daño por inclemencias del tiempo o insectos, por ejemplo.

Entre los tipos de madera que podemos encontrar para la realización de pérgolas pueden estar opciones baratas como el pino o el abeto, aunque también merece echar un vistazo a otras opciones como el cedro – muy resistente y sobre el que es particularmente sencillo dar una mano de pintura- o la secuoya, que tiene un color muy bonito y que resiste más tiempo sin perder su tono.

No se queda todo ahí, claro, y las opciones pueden extenderse a la madera de ciprés, roble, teca o alguna un poco más exótica, como el bangkirai.



Con todo, lo importante es que una vez elegida la madera y montada la pérgola, nos ocupemos del mantenimiento. Al menos una vez al año habrá que tratar la estructura para protegerla de los insectos o de la meteorología, así como habrá que ocuparse de repintarla para que no parezca deslucida. Si no le aplicamos un tratamiento adecuado a nuestra pérgola, la madera puede pudrirse o estropearse, obligándonos a sustituirla por completo. No obstante, siendo cuidadosos, podremos disfrutar de largas veladas en nuestro jardín durante mucho tiempo.